Entre el 2021 y el 2022, 32.9% de las remesas fueron enviadas por mujeres, una proporción inferior a las remitidas por hombres.
Los envíos de remesas son transferencias altamente vigiladas y no hay posibilidad de que se presente lavado de dinero a través de ellas, coincidieron expertos del Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (CEMLA) y Banorte.
“Existe un estricto control desde el local donde se hace el envío, en la remesadora y tienen una unidad de lavado de dinero. Las remesadoras trabajan con bancos y ellos a su vez también tienen una unidad de lavado de dinero y estas transferencias se pagan en un supermercado que a su vez tiene altos controles. En definitiva, no hay lavado de dinero en las remesas”, aseveró el responsable de la Dirección de Estadísticas Económicas y el Foro de Remesas de América Latina del CEMLA, Jesús Cervantes González.
Ahí mismo, el director general adjunto de banca internacional de Banorte, Ricardo Velázquez, asentó que este tipo de transferencias están muy vigiladas y tienen más candados que otras. Cervantes González observó que más de 90% de las operaciones se realizan de forma electrónica, un proceso que obliga a la identificación del emisor y el receptor, limitando riesgos de operaciones ilícitas.