Desde hace décadas, las tandas han sido un mecanismo popular entre los mexicanos para ahorrar y financiarse de manera colectiva. Lourdes, una madre trabajadora, lleva años participando en tandas con sus amigas y vecinas, ya que este sistema le permite reunir dinero para necesidades importantes, como el pago de deudas o gastos imprevistos. Cada mes, Lourdes y sus amigas aportan una cantidad fija de dinero, y una de ellas recibe la tanda completa, rotando el beneficio entre todas.
Esta tradición ha ayudado a miles de personas a gestionar su dinero sin recurrir a instituciones financieras formales. Sin embargo, con la digitalización de las finanzas, Lourdes y otros participantes ahora usan transferencias bancarias para enviar y recibir las aportaciones de las tandas. Esto ha llamado la atención del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que vigila de cerca las transacciones electrónicas.
En el pasado, las tandas se manejaban principalmente en efectivo, lo que permitía mayor discreción entre los participantes. No obstante, el aumento en el uso de transferencias bancarias ha generado preocupaciones fiscales. El SAT ha intensificado su vigilancia sobre estas actividades, ya que las transacciones electrónicas dejan un rastro visible que puede ser monitoreado por las autoridades.
Para el SAT, las cantidades recibidas en tandas podrían considerarse ingresos acumulados, especialmente si se realizan de manera frecuente y por montos significativos. Esto podría requerir que los participantes, como Lourdes, declaren estos ingresos en su declaración anual, lo que ha generado incertidumbre sobre cómo manejar estas situaciones.
Lourdes, quien ahora realiza sus tandas a través de transferencias electrónicas, se ha dado cuenta de que su banco registra cada transacción. Esto ha despertado una duda: ¿está en riesgo de ser fiscalizada por el SAT?
La respuesta es sí, especialmente si las cantidades son grandes o si las transferencias son recurrentes. El SAT puede ver estas entradas como ingresos no declarados, lo que podría desencadenar una revisión fiscal. Aunque no existe una postura oficial clara del SAT sobre las tandas, es prudente tener precaución y documentar correctamente cada transacción.