El uso más frecuente de criptomonedas y de billeteras electrónicas (ewallets) aumenta la probabilidad de que se lave dinero, advierte el representante de México ante la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. En entrevista, el maestro Raúl Martín del Campo Sánchez, indica que tan sólo en bitcoins, los cárteles del narcotráfico mexicano blanquean unos 25 mil millones de dólares al año.
El flujo de transacciones con criptomonedas aumenta la probabilidad de que se lave dinero no sólo en México sino en la mayoría de los países, advierte en entrevista el maestro Raúl Martín del Campo Sánchez, representante de México ante la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). En el caso mexicano, tan sólo en bitcoins, los cárteles del narcotráfico blanquean unos 25 mil millones de dólares al año, de acuerdo con lo documentado en el Informe 2021 del JIFE –que presentó a inicios de marzo.
Del Campo Sánchez destaca que no sólo se trata de esas criptomonedas, sino también de otras más incipientes e incluso de las billeteras electrónicas (ewallets), las que facilitan las operaciones con recursos de procedencia ilícita en el ciberespacio. Ello, porque ese tipo de transacciones electrónicas no respeta países ni distingue fronteras.
El representante ante la JIFE explica a Contralínea que el uso de bitcoins y otras criptomonedas, junto con las ewallets, se ha extendido tanto, que ya ocurre en países desarrollados lo mismo que en países en vías de desarrollo. Asimismo, destaca que hay una amplia variedad de delitos precedentes al lavado de dinero: corrupción, soborno, delincuencia organizada, desviación de recursos e ingresos, incluso tributarios. Y en el caso mexicano, las actividades delictivas de los cárteles del narcotráfico.
El maestro Del Campo Sánchez también refiere nuevos métodos para el blanqueo del dinero que ya no sólo se da en los circuitos financieros, sino también en el contrabando de efectivo, o a través proveedores de servicios monetarios, sistemas alternativos de envío de remesas, reservas de valor, métodos comerciales, pagos por telefonía móvil e internet, las propias criptomonedas, compra-venta de bienes inmuebles y uso de empresas fachada.
“Los flujos financieros ilícitos es dinero que se gana, transfiere o utiliza ilegalmente y que cruza las fronteras internacionales, resultado del tráfico de drogas y actos ilegales”, expone el maestro en psicología de la salud con residencia en adicciones. Por ello, dichos flujos amenazan el desarrollo político, económico y social, y la seguridad de los países y, en este caso, de México.
Agrega que los grupos delictivos organizados tratan de maximizar sus beneficios a través de esos flujos financieros ilícitos, que son el sustento de todos los aspectos del tráfico. Por ello, indica, es necesario poner freno y combatir el tráfico de drogas en todo el mundo.
Del Campo Sánchez también observa que los flujos financieros ilícitos son un obstáculo importante para objetivos del desarrollo sostenible, ya que afectan la capacidad de un país para recaudar, retener y movilizar recursos para financiar los distintos aspectos y objetivos.
Considera que aunque en el caso mexicano la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha realizado esfuerzos importantes, una de las grandes limitaciones para México es que los cárteles son organizaciones trasnacionales. No obstante, hasta ahora no hay es información de todos los lugares en el mundo donde tengan sus operaciones de lavado de dinero.
De acuerdo con datos de la UIF, en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador “se han bloqueado 36 mil 716 cuentas, con 13 mil 621 millones de pesos vinculados a operaciones ilícitas”. El más reciente Informe de seguridad –presentado el pasado 17 de marzo en la conferencia presidencial– indica que en 2019 se bloquearon cuentas por 4 mil 203.25 millones de pesos; en 2020, por 7 mil 908.49 millones; en 2021, por 1 mil 490.13 millones; y entre enero y febrero de 2022, por 19.37 millones de pesos.
El maestro Raúl Martín del Campo Sánchez recomienda a los Estados miembros de la JIFE y a las organizaciones internacionales centrarse en estrategias de reducción de la oferta y la demanda de productos ilícitos, abordar flujos financieros ilegales y promover la participación de los sectores público, privado y de la sociedad civil en el combate a estas prácticas.
Asimismo, considera fundamental que se refuercen las medidas contra el blanqueo de dinero, aprobando leyes de transparencia y combatiendo la impunidad. También sugiere que se deben establecer unidades o equipos de trabajo especializados que prevengan la explotación de nuevos servicios financieros, como los bitcoins o las billeteras electrónicas.
El uso de dinero electrónico para blanquear recursos ilegales va en aumento, sobre todo entre bandas de narcotraficantes como el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa. El informe 2021 de la JIFE señala que ambos grupos criminales lavan 25 mil millones de dólares al año.
Con base en reportes de autoridades de México y Estados Unidos, el análisis apunta que, para no superar el umbral de las operaciones bancarias que provocan alarmas –que es de 7 mil 500 dólares– los cárteles y grupos delictivos suelen dividir el dinero ilícito en pequeñas cantidades que depositan en varias cuentas bancarias. A esta técnica se le conoce como smurfing (“atomización”).
El informe agrega que, posteriormente, las organizaciones criminales utilizan esas cuentas para hacer una serie de compras en línea de pequeñas cantidades de bitcoins. Esto les permite disimular el origen del dinero y pagar a sus asociados en otras partes del mundo.
Información de Contralínea