El 22 de abril pasado, el exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer en un hecho sin precedente en la historia reciente de México denunció penalmente al fiscal general de la República de México, Alejandro Gertz Manero por “tráfico de influencias, operaciones financieras ilegales, coalición de servidores públicos, asociación delictuosa y lo que resulte”. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda detectó operaciones financieras millonarias realizadas antes y durante su gestión como titular de la Fiscalía General de la República (FGR). La acción tomada por uno de los hombres más cercanos al presidente, Andrés Manuel López Obrador, es un claro desafío al mandatario y a sus huestes más reaccionarias en el partido Movimiento de Regeneración Nacional. Y pienso que marca el principio del fin del lopezobradorismo.
El fiscal tiene una montaña de asuntos que explicar y son varias las áreas en las que debería ser investigado, pero no por sí mismo, sino por un nuevo abogado de la nación, imparcial y de absoluta credibilidad y honestidad.
De acuerdo a una investigación interna realizada por la UIF de la Secretaría de Hacienda en 2021, el fiscal y/o las empresas de la que son socios él o sus familiares recibió entre 2004 y 2021, a través de una compleja trama de transferencias bancarias internacionales y nacionales, así como operaciones en efectivo, el equivalente a más de 525,08 millones de pesos mexicanos, según refleja el reporte de cerca de 16 fojas, del cual tengo copia.
Muchas de dichas operaciones -según la indagatoria en las cuales están señaladas fechas, lugares y nombres de personas y empresas específicas- fueron realizadas en países considerados hasta 2019 como paraísos fiscales, como Aruba y Barbados.
El periodo analizado por la UIF abarca desde 2004, año en que Gertz Manero dejó el cargo de secretario de Seguridad Pública Federal, posición que ocupó desde el año 2000 hasta el 2004 bajo el gobierno del Presidente Vicente Fox.
Dicho lapso abarca la legislatura (2009-2012) por el partido Movimiento Ciudadano. En aquellos años, según revelé en septiembre pasado en esta columna, Gertz Manero recibía periódicamente en su oficina de la rectoría costosos regalos y dádivas del entonces jefe policiaco Luis Cárdenas Palomino, según testigos de los hechos.
Cárdenas Palomino era entonces brazo derecho del secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna. Ambos fueron encarcelados y están acusados de narcotráfico, así como de trabajar a cambio de sobornos para el Cartel de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva.
Y la indagatoria de la recepción de los cientos de millones de pesos también abarca el periodo desde 2019 hasta 2021, en que ha sido titular de la FGR, por propuesta de López Obrador.
Según el escrito, que incluye incluso un diagrama para explicar las complejas triangulaciones de dinero, Gertz Manero y las empresas de las que es socio él o su familia, desde 2004 hasta 2021 realizaron envíos de dinero equivalente a al menos 332,28 millones de pesos, muchos de ellos realizados a España, Francia, Polonia y Estados Unidos.
De acuerdo a la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la Universidad de las Américas Ciudad de México, además de ser una institución educativa, opera como una especie de caja chica del fiscal y/o para triangular recursos cuyo origen no es mencionado en el reporte.
Aunque alguna información del reporte que menciono en este artículo ya había sido publicada de manera diseccionada por algunos medios de comunicación en diciembre pasado, hasta ahora no se había hablado en su conjunto de la magnitud de los montos globales de las transacciones, que incluyen las operaciones financieras realizadas directamente por Gertz Manero y la Universidad de las Américas Ciudad de México. De esta última, según los registros actualizados a 2021, son socias sus dos hijas, Mercedes y Alejandra Gertz Loizaga, y Julián Antuño Olvera, uno de sus yernos. Así como las empresas Algerman Inmobiliaria, Reforma 150, y Foreing Information, de las cuales el fiscal es socio.
De 2018 a noviembre de 2021 el titular de la UIF fue Santiago Nieto, quien tuvo que renunciar al cargo luego del enojo presidencial porque la lujosa boda, celebrada en Guatemala y pagada con sus recursos personales, no correspondía a la austeridad que exigía el gobierno de AMLO. En su lugar llegó el político Pablo Gómez, quien, cuando fueron publicadas fracciones del documento, negó su existencia.
Fuentes conocedoras de forma directa del documento me corroboraron que su origen es oficial. Por eso, si Gómez no lo conocía, es porque probablemente fue elaborado en la era de Nieto, cuyo equipo, gracias a este tipo de investigaciones, análisis y documentos -algunos de los cuales conocí en su momento- logró detectar redes de lavado de dinero del Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación, y congeló cuentas bancarias de cientos de millones de pesos.
El informe al que hago referencia afirma que Gertz Manero y la Universidad propiedad de sus hijas están involucrados en la compra de más de 250 vehículos de lujo en un periodo de 8 años.
Se afirma que tan solo desde 2014 hasta 2015, fue directamente Gertz Manero quien compró 122 autos de lujo por 109.775.399 pesos, En su mayoría eran Mercedez Benz, y uno era Rolls Royce. Según el documento, el pago de la lujosa flotilla se hizo en un 75 por ciento vía “transferencia interbancaria”, en un 21 por ciento, con “cheque nominativo”, en un 3 por ciento, en efectivo, y un 1 por ciento con tarjeta de crédito.
En paralelo, la Universidad de las Américas Ciudad de México compró entre 2013 y 2021 otros 121 automóviles de lujo por 79,2 millones de pesos, de las marcas Maserati, Mercedes Benz y BMW.
En marzo pasado, Scherer -uno de los colaboradores y amigos más cercanos de López Obrador- denunció en una carta pública una serie de hechos que revelaban que el fiscal Gertz Manero y la exsecretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero habían utilizado sus cargos públicos de manera ilegal. Afirmó que le constaba que Gertz Manero usó todo su poder como fiscal para vengarse por asuntos personales de su familia política Laura Morán, expareja sentimental de su hermano Federico Gertz Manero. La acusó a ella y a su hija Alejandra Cuevas del homicidio de Federico. Caso que finalmente resolvió, a fines de marzo, la Suprema Corte de Justicia, quien determinó que la acusación no tenía fundamento, pero aún así Cuevas estuvo más de un año en prisión, sujeta a las amenazas y métodos típicos de la extorsión por parte del fiscal.
A Sánchez Cordero la acusó de prestarse a ser intermediaria de personas indagadas por la justicia para recibir trato preferencial.
En un hecho sin precedente en la historia de México, el 22 de abril, Scherer, exmiembro del Gabinete, y a quien AMLO llama “hermano”, presentó una denuncia penal ante la propia FGR contra Gertz Manero por “delitos de tráfico de influencias, coalición de servidores públicos, asociación delictuosa y lo que resulte”. Y también denunció al subprocurador de Control Competencial de la FGR, Juan Ramos López; al fiscal de Asuntos Especiales, Manuel Granados Quiroz, a la fiscal de Asuntos Internos, Adriana Campos López, y a la agente del Ministerio Público María Eugenia Castañón Osorio.
Hasta ahora, AMLO ha defendido y justificado a Gertz Manero incluso al usar su cargo de fiscal para atacar a su familia política, y ha reiterado su confianza en él. Y tolera su vida de súper lujo, pese a la austeridad decretada, que incluye impresionantes propiedades como un departamento en Manhattan, Nueva York, valuado en 2.4 millones de dólares, cuya existencia está referida en el documento de la UIF. Un departamento en Santa Mónica, California, que compró en 2007 en 1,19 millones de dólares. Un departamento en París, cuyos impuestos, según el documento de la UIF, paga la universidad mencionada, al igual que paga cuentas de galerías de arte, agencias de decoración y casas de subastas, entre otras erogaciones.
Y una lujosa propiedad en Tercer Retorno de Sierra Itambe Número 20, en Real de las Lomas, una costosa zona residencial en la Ciudad de México. De acuerdo a la escritura pública 145911, cuyo contenido es parte del informe al que tuve acceso, el inmueble propiedad de la Universidad de las Américas Ciudad de México fue transferido en agosto de 2018 por Gertz Manero como representante de la institución a sí mismo, como rector, para cubrir 8,1 millones de pesos de un adeudo de 14,4 millones de pesos por préstamos que supuestamente el ahora fiscal hizo a la universidad. Restando aún una deuda de la universidad a Gertz Manero de 6 millones de pesos.
También tiene una residencia en Bosques de Sauces 311, en Bosques de las Lomas, en la Ciudad de México. Según la revista Proceso, la adquirió en 2020 con la ayuda de un fideicomiso de esa universidad. Según el documento interno de investigación, entre 2012 y 2021 dicha institución educativa privada pagó 6,1 millones de pesos en “remodelación casa Bosques Sauces” a la empresa Grupo Inmobiliario Valuarte.
Gert Manero percibe un salario mensual por su cargo de fiscal de 164.000 pesos pesos mensuales, según la información dada por la Secretaría de Hacienda a fines del 2021. Pero según la investigación interna a la cual tuve acceso entre 2012 y 2020, la universidad, de la que son propietarias sus hijas, le pagaron 92,2 millones de pesos, lo que equivale a casi 1 millón de pesos al mes.
Otro importante personaje en el informe de la UIF es el subprocurador Ramos López, uno de los funcionarios denunciados por Scherer como parte de la trama de corrupción en la Fiscalía. Gracias a la filtración de audios ocurrida en el mes de marzo se sabe que fue protagonista en el caso contra Laura Morán y familia, ya que el fiscal lo usó como mensajero para intimidar a la familia, y como abogado personal para conseguir que Laura y su hija fueran encarceladas por un largo periodo.
El reporte revela los niveles de compromiso de Ramos López con el fiscal. No solo lo representó jurídicamente en el caso contra Laura Morán y Alejandra Cuevas, desde antes de que Gertz Manero fuera nombrado fiscal, sino que, además, es representante legal de la empresa Algerman Inmobiliaria, de la que son socios Gertz Manero y su yerno José Antonio Martí Munain.
Scherer, exconsejero de la Presidencia y abogado con larga trayectoria, sabe que su denuncia penal no solo afecta a Gertz Manero, cuya permanencia es cada día más costosa para AMLO, sino que afecta directamente al presidente, ya que, según dijo Scherer en marzo, las presuntas corruptelas de Gertz Manero fueron conocidas por el propio López Obrador, y eso lo mete a AMLO de manera automática y forzosamente en la trama de los presuntos delitos de “coalición de servidores públicos” y “asociación delictuosa”.
La denuncia de Scherer se da en el momento más débil de AMLO en sus tres años de mandato. En el mes de marzo la aprobación de la población hacia el presidente cayó en promedio al 58 por ciento, mientras que en enero de 2019, el primer mes de su gobierno, la aprobación era en promedio del 79 por ciento. Mientras que la desaprobación pasó del 16% en enero de 2019 al 40% en marzo de 2022.
A eso se suma que, el día 10 de abril, la población, de manera mayoritaria -a excepción de territorios del Cartel de Sinaloa y de zonas de extrema pobreza- mostró públicamente su desdén hacia el presidente al ignorar la consulta popular para la Revocación de Mandato. Y el día 17 de abril, el bloque de partidos de oposición, formado por el PRI-PAN y PRD dieron un contundente batazo a la reforma eléctrica constitucional propuesta por el mandatario, que, según él, era uno de sus principales objetivos legislativos del sexenio. Esto exhibió la falta de operación política del presidente y de su partido político, Movimiento de Regeneración Nacional.
AMLO ya no es el todo poderoso amo de la mal llamada Cuarta Transformación; eso lo muestra más que claramente el desafío de Scherer. Incluso aunque hiciera que el fiscal renuncie, ya es tarde para el control de daños. Ambos deben rendir cuentas.
Información: https://www.dw.com/es/el-fiscal-de-m%C3%A9xico-involucrado-en-operaciones-financieras-por-m%C3%A1s-de-857-millones-de-pesos/