Se requiere capacitación, implementación de tecnología y alineación de intereses en la lucha contra el lavado de dinero en las instituciones financieras.
Las actividades que la Ley Antilavado define como vulnerables y que afectan a empresas o industriascomo: casinos, constructoras, inmobiliarias, tiendas departamentales, despachos jurídicos y contables, tiendas de autoservicio, prestadoras de servicios de cobranza, empresas de seguridad privada, casas de préstamo o empeño, galerías de arte, joyerías, agencias aduanales, distribuidoras automotrices, marítimas y aéreas, empresas especializadas en el traslado de valores, fundaciones y tiendas especializadas en servicios de blindaje, entre otras.
Uno de los aspectos fundamentales en la prevención de lavado de dinero es la capacitación de los empleados, tanto a nivel operativo como en la alta dirección y consejo de las instituciones financieras.
Los directores y consejeros deben estar plenamente informados sobre sus responsabilidades y las consecuencias legales que podrían enfrentar en caso de incumplimiento.
La prevención de lavado de dinero no solo implica el cumplimiento de regulaciones financieras, sino también aspectos fiscales, como la identificación de beneficiarios controladores.
Además, es esencial establecer un sistema automatizado para la detección de alertas y cambios en el perfil del cliente. La implementación de tecnología ayuda a minimizar errores humanos y facilita el reporte adecuado de transacciones sospechosas. González Olhivich destaca que, si bien las uniones de crédito siguen los mismos principios que otras instituciones financieras en México, la diversidad de actividades vulnerables en el país exige una mayor articulación entre los distintos sectores para alinear intereses y garantizar una efectiva prevención del lavado de dinero (PLD).
En cuanto al estado de implementación del PLD en el sistema financiero mexicano, el CEO de TM Sourcing considera que se ha avanzado considerablemente en las actividades financieras, gracias al trabajo de la Comisión Nacional Bancaria de Valores. No obstante, reconoce que aún hay áreas de mejora, especialmente en las actividades vulnerables, donde se requiere una mayor articulación entre los actores involucrados.
Adolfo González enfatiza que la educación sobre prevención de lavado de dinero y sus implicaciones debe ser promovida tanto por la autoridad como por los propios sectores involucrados, con el objetivo de concienciar sobre los riesgos y promover una participación comprometida.
Con relación a las oportunidades de mejora, el experto sugiere la implementación de interfaces de comunicación más efectivas y una reducción de la intervención humana en los procesos de PLD. Sin embargo, considera que el enfoque principal debe ser la alineación de intereses para que los clientes y las instituciones financieras estén comprometidos con la prevención del lavado de dinero.
Destaca que la comunicación sobre los riesgos asociados a esta actividad y el daño que causa a la sociedad es fundamental para fomentar la participación activa de todos los sectores.
“La prevención de lavado de dinero en las instituciones financieras, incluyendo las Uniones de Crédito, es un desafío que requiere la implementación de soluciones efectivas”, concluyó González Olhivich.
-Con información de Economista