En diciembre pasado la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) anunció un incremento de 22% al salario mínimo en todo el país. De acuerdo con la Conasami, esto beneficiaría directamente a 6.3 millones de trabajadores, un 30.5% de los registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con Reforma, en enero y febrero pasados, los salarios negociados cayeron en promedio 1.40 y 0.31 por ciento real y en marzo hubo una recuperación de 0.57 por ciento.
Además, quienes han tenido menos pérdidas son los trabajadores afiliados a sindicatos de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), pues aunque en marzo su salario subió 6.48 por ciento real, se quedó por debajo de la inflación, según informa el medio.
Asimismo, los afiliados a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) registraron una pérdida de 0.15 por ciento real.
Mientras que, los afiliados a sindicatos independientes del Congreso del Trabajo como el Sindicato Mexicano de Electricistas, afiliados al IMSS, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores perdieron 0.22% en el mismo mes.
Durante los primeros tres meses del año, 356 mil 21 trabajadores han estado involucrados en revisiones salariales, de acuerdo con información de la Secretaría del Trabajo.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el incremento en los costos de producción asociado con el aumento en el salario mínimo -principalmente en el sector de servicios-, podría ampliar los efectos de la oferta restringida sobre la inflación.
Por otra parte, el Instituto informó que, si la inflación actual altera las expectativas de la inflación futura, se puede dar un aumento mayor y sostenido en el nivel de precios riesgoso para la economía, que afectaría sobre todo a las personas de bajos ingresos.
Información de El Contribuyente